Los filtros de aire de cabina eliminan gases del motor, carbono y polen para que proteger la salud del conductor y de los pasajeros, especialmente importante en el caso de alergias, asma o niños.
El filtro debería reemplazarse al menos cada 15.000 km o una vez al año.
Un filtro de polen evita que las esporas, polen, partículas, bacterias, hongos y polvo de la carretera entren en el habitáculo de los pasajeros. Las partículas de mayor tamaño (>3 µm) se separan del flujo de aire mecánicamente por un filtro denso de tela.
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